Primer intento de llegar a la Antártida - 2022 - parte I
Mi deseo de viajar a la Antártida viene de lejos, empezó a tomar forma en agosto de 2006, cuando visite Ushuaia acompañado de Nuri, mi mujer, en nuestras vacaciones anuales.
El deseo era mutuo y paseando por el puerto de la ciudad descubrí la forma de hacerlo.
Ushuaia es el puerto de embarque y salida de los barcos que hacen el trayecto al continente antártico, la temporada de cruceros suele empezar en septiembre y finaliza en marzo, ya que son los meses del verano austral y la travesía oceánica es posible por el deshielo del océano.
Ahí fue donde me prometí personalmente a proyectar el viaje para el año de mi jubilación obligatoria, 2020, si no podía hacerlo antes, ya que mi trabajo me obligaba a programar las vacaciones en agosto y eso lo hacía inviable fuera de esas fechas.
Los años han ido pasando, mi mujer falleció en 2013, fue un golpe brutal para mí, pero la idea de la Antártida tomo una fuerza impresionante, ya que en nuestra breve visita a Ushuaia paseando por los muelles de la ciudad le prometí que algún día volveríamos para embarcarnos en algún barco que hiciera la travesía.
A inicios del 2020 empecé a mirar la forma de realizar mi deseo, me lo había tomado como un premio a mis 51 años de vida laboral, solo interrumpidos 20 meses por el servicio militar, obligatorio en aquellas fechas.
Conocía una empresa de viajes holandesa Oceanwide Expeditions, especialista en este tipo de viajes ya que dispone de varios barcos preparados y equipados, yo ya había trabajado con ellos en 2014 cuando navegue con ellos por el Ártico.
2020 fue un año terrible para la Humanidad, el Covid 19 se convirtió en una pandemia mundial y el 14 de marzo de ese año se declaró un confinamiento a nivel mundial.
Inicialmente no se preveía que fuera a durar mucho y yo contrate el 03-08-2020 mi viaje, embarcaría el 24 de febrero de 2021 en Ushuaia para realizar una travesía que me llevaría por las islas Falkland o Malvinas, islas Georgias del Sur, para finalmente llegar a la Antártida. Era un recorrido especial, se iniciaría en Buenos Aires (Argentina) una escala particular que me programe y luego visitaría lugares remotos llenos de historia y fauna autóctona, muy difícil de ver en otros lugares.
El Covid fue extendiéndose y las limitaciones a los desplazamientos ampliando, confiaba que para las fechas de mi viaje la presión de la enfermedad disminuyera y pudiera realizarlo, no fue así y ante las restricciones la naviera suspendió toda la temporada de cruceros y me ofreció la posibilidad de postponerlo para 2022, las nuevas fechas serían del
21-02-2022 al 15-03-2022, y me respetaban el precio inicial.
Modificar las fechas de los desplazamientos aéreos más la reserva de hotel en Buenos Aires no fue fácil, el alojamiento lo solucione sin pérdidas económicas, pero los billetes de avión tuvieron una pequeña penalización.
Los meses fueron pasando y el Covid seguía haciendo estragos, la temporada de cruceros 2021-2022 se inició con normalidad y yo cruzaba los dedos cada vez que las noticias no eran positivas.
Enero 2022, la fecha de mi viaje estaba cerca cuando un día me llamo Yolanda, la chica que llevaba mi reserva con la naviera. Se habían producido contratiempos, los últimos cruceros habían tenido muchos problemas con el Covid, y la compañía naviera estaba estudiando la posibilidad de cancelar el resto de temporada. La amenaza se cumplió y ante la previsión de nuevos contagios entre las tripulaciones, guías y pasajeros finalizarían la temporada en enero.
El golpe fue muy duro, significaba volver a planificarlo todo, seguían manteniendo el precio inicial, pero yo aparte de la decepción y frustración estaba obligado a renegociar con las compañías aéreas las reservas concertadas, con el consiguiente incremento de precios, los hoteles era secundario tenía acumuladas varias noches de hotel como premio por reservas anteriores y no tenía que abonar nada.
Volvía a estar al inicio, abandonar definitivamente no se me pasaba por la cabeza. Pasados unos días y una vez digerida la noticia empecé a mirar opciones, esperar un año más, o sea febrero 2023 o adelantar algunos meses la salida. Mirando las distintas opciones me decante por una salida el 06-11-2022 con el barco Janssonius, el más moderno de la naviera, los anteriores se iban a realizar en el Hondius. cerradas las fechas y renegociado con Air Europa y Aerolíneas Argentinas las nuevas fechas me arme de paciencia ante la nueva demora.
El inicio de la invasión rusa en Ucrania el 24 de febrero de 2022 despertó en mi incertidumbre, en principio estaba lejos, parecía un conflicto local y que no duraría mucho.
No fue así, poco a poco fue creciendo e involucrando al resto de países, se inició un embargo y restricciones de productos a Rusia, no pensaba que eso influenciara que reserva, craso error, no recuerdo bien la fecha, pero al recibir la llamada de mi agente de viajes sabía que había problemas. Nueva modificación, al barco Janssonius le estaban haciendo mejoras en Croacia y el embargo estaba afectando al material necesario para ellas, conclusión no estaría disponible para noviembre y se retrasaban todas sus reservas para enero y febrero del 2023.
Volvía a empezar, mentalmente agotado inicie otra vez la negociación, en la web de la Oceanwide vi que los otros barcos estaban operativos y disponían de plazas para otras fechas, incluido el mes de noviembre, la naviera en principio se negó, pero ante mi insistencia y viendo todas anulaciones anteriores al final me ofrecieron una plaza en el barco Plancius, que salía el 22-11-2022 y regresaba el 10-12-2022, acepté sin dudar esperando que fuera ya la última modificación. Ya concretadas las nuevas fechas empezaba mi negociación con las reservas de vuelos. No fue difícil, previo abono del incremento de precio del combustible que se había disparado por el conflicto Rusia-Ucrania no hubo problemas.
Ya estoy en Ushuaia, atrás quedan varias modificaciones en los vuelos de ida y vuelta por parte de Aerolíneas Argentinas que me han supuesto variar de hoteles y horarios varias veces, mi paso por Buenos Aires ha ido bien, la ciudad no ha cambiado mucho, han pasado 16 años de mi primera visita y la he visto envejecida, sin apenas renovación, excepción del famoso teatro Colón, estaba cerrado y en obras en 2006 y actualmente está actualizado y abierto.
22-11-2022 - martes
636 días después de lo previsto, 12 vuelos modificados y 6 reservas hoteleras cambiadas, estoy preparado para embarcarme en la aventura más importante que he vivido.
Las instrucciones de Oceanwide Expeditions, no son del todo correctas, la dirección para depositar el equipaje previo al embarque es errónea, el enlace de Google Maps indica una dirección antigua que ya no utilizan, me desplazo allí por la mañana para dejarlo, allí me encuentro con varios pasajeros con el mismo problema. El edificio está cerrado y no hay ningún cartel informativo como nos había comunicado la naviera, Esperamos un tiempo prudencial, comento con los otros viajeros que la selección de fútbol Argentina ha jugado hace pocos minutos su primer partido del Mundial y que los responsables de abrir se estarán retrasando por ello.
Una pasajera holandesa decide ponerse en contacto telefónicamente con algún responsable y lo logra, le comunican que la dirección es errónea y que tenemos que desplazarnos 500 metros en la misma calle. Lo hacemos todos por nuestros medios, que no son otros que arrastrar nuestro equipaje a mano por la acera. Llego de los primeros me encuentro allí con bastantes viajeros, no todos somos del mismo barco, tengo suerte el mío es pequeño y hay poca gente, consulto con el personal si este edificio también es el punto de recogida de pasajeros para el embarque, otra norma de la organización es que el traslado tiene que ser conjunto y que nos llevaran en autocar ya que las autoridades portuarias así lo exigen, incorrecto no es cierto tenemos que desplazarnos por nuestros medios e individualmente, empezamos bien.
Ushuaia es pequeña, se puede pasear y acceder al puerto sin problemas, paso el resto de la mañana paseando y haciendo fotos de lo más importante del lugar, como en un restaurante local y me desplazo al muelle para embarcar.
El edificio aduanero y control de pasaportes es muy pequeño, el trámite es muy rápido y una vez presentada la documentación de embarque me permiten el acceso.
Llego el momento tengo el barco delante y es difícil explicar la sensación de ese momento, voy solo no es lo que deseaba en 2006 pero sé que ella estaría de acuerdo en que llevara hasta el final nuestros deseos.
Subo por la pasarela al barco, me está esperando el personal de servicio, comprueban mi identidad y me proporcionan una tarjeta identificativa con su correspondiente funda, me servirá en el viaje para todo, abrir el camarote, controlar el embarque y desembarque de las excursiones y abonar las posibles consumiciones extras en la travesía. Una chica de la tripulación me acompaña a mi camarote, es doble y lo compartiré con un inglés de nombre Stephen.
El habitáculo es pequeño, pero bien distribuido, hay dos camas, dos pequeños armarios, una mesita de noche para compartir y un pequeño ojo de buey que deja entrar la luz natural. Es aseo dentro de sus reducidas dimensiones es completo, ducha, inodoro y lavabo, he sido el primero en llegar, puedo elegir cama y armario, aprovecho la tranquilidad del momento para deshacer el equipaje y colocarlo en mi armario, el proceso es rápido y cómodo, una vez acabada la labor salgo a inspeccionar el barco.
Mi camarote está ubicado en el tercer piso, igual que el restaurante, subo al cuarto y veo que está dedicado a camarotes, prosigo mi ascenso y en siguiente encuentro el salón principal y único, es grande comparado con el tamaño del buque, acogedor con sofás en línea, pequeñas mesas sujetas al suelo al igual que pequeños sillones individuales.
Las amplias vidrieras permiten ver el frente y los dos lados del barco, dispone de una pequeña barra de bar y un espacio dedicado a una buena máquina de café, té o chocolate, junto a ella hay unas bandejas con las tazas y vasos, las bebidas son de libre disposición.
Al fondo de la sala hay dos puertas dobles, metálicas y muy pesadas que dan acceso a una pequeña terraza, la cual permite el acceso por el exterior al piso inferior y superior.
El ingreso de los pasajeros se va haciendo sin problemas y al regreso a mi camarote conozco a quien será mi compañero de viaje, nos presentamos, yo no sé inglés y el no conoce nada de castellano, “perfecto”, son muy malo para calcular la edad, pero los 50 hace ya unos años que los ha cumplido.
El barco se pone en movimiento sobre las 17 h. la navegación transcurre con normalidad, la hacemos por el canal de Beagle y las aguas son tranquilas, estoy en el exterior contemplando el paisaje y como nos vamos alejando de la ciudad, el momento me trae viejos recuerdos, en 2006 navegue por estas aguas en un pequeño catamarán para ver las islas de los Lobos, que como su nombre indica está habitada por una colonia de Lobos Marinos, la isla de los Pájaros y el faro Les Eclaireurs, este año la travesía será más larga, no durará un par de horas.
Sobre las seis de la tarde tenemos el primer “briefings” (reunión), para explicarnos los sistemas de seguridad, uso del chaleco salvavidas, cada uno dispone de uno en el camarote, nos enseñan el sistema de alarma sonora y lo que significa, habrá que estar atentos ya que en algún momento de la tarde sonará y tendremos que acudir a la zona superior con el chaleco salvavidas bien puesto para practicar el acceso rápido a los botes salvavidas.
Sobre las 18,30 suenan las sirenas, me pongo mi chaleco y salgo, según la ubicación del camarote subiremos y accederemos por el pasillo A o B al bote que nos corresponda, el simulacro transcurre con normalidad, una vez realizado nos comunican que nos preparemos para la cena.
Sobre las 19 h. por el sistema de megafonía comunican que el restaurante ya ha abierto y se puede cenar, el acceso para mí es fácil, ya que como he descrito anteriormente está situado en mi planta, las dimensiones del espacio están bien, dispone de mesas rectangulares comunitarias con capacidad de 6, 8 o 10 según la zona y varias redondas también de diferentes medidas, la cena es tipo buffet, los productos son buenos y variados, ensaladas que te puedes preparar con diferentes productos, carne, pescado, variedad de panes y fruta, cada noche habrá sopa, que la servirá el servicio, me imagino que es para evitar accidentes, el postre también es diferente cada noche, el agua gratuita, si se quiere otra bebida se pide a los camareros que la traen y lo anotan electrónicamente con la tarjeta que nos han proporcionado. De inicio se forman pequeñas colas en los mostradores de la comida, hay dos idénticos y con los mismos productos, una vez que pasa la aglomeración inicial todo fluye normalmente.
En el comedor no hay sitios asignados individualmente, cada uno elige libremente de los espacios vacíos, se pregunta si está ocupado, si no lo está se puede ocupar, el sistema permite ir variando de compañeros para comer, si bien hay grupos definidos que suelen sentarse juntos, el resto vamos variando.
Después de cenar subo al salón, como la mayoría del pasaje, la máquina de café o té funciona sin parar, otros toman combinados y se forman pequeños grupos en las mesas o sofás, hay un buen ambiente y un miembro del staff me presenta a un compañero suyo, Eduardo, es venezolano y lógicamente habla castellano más inglés y alemán.
Eduardo se presta a ayudarme con cualquier duda o problema que pueda surgir durante la travesía, a lo largo del viaje me ira bien para conversar y estar informado de las novedades.
Hora de dormir, hace ya un rato que hemos salido del canal Beagle, estamos navegando en mar abierto y la verdad se nota, el barco se balancea bastante y yo también, hay que sujetarse a las barandillas para andar por los pasillos, por fin llego a mi camarote y me acuesto. Me cuesta dormirme, el barco sube y baja constantemente la sensación acostado es rara, tan pronto estas flotando en el aire como notas que alguien te está aplastando en el colchón, si fuera pasajera bien, pero es constante, parece que estes en una atracción de feria, hace calor en el camarote y duermo sin taparme, mi sueño no es constante y noto síntomas de mareo, la noche transcurre lenta y con el sueño muy ligero.
23-11-2022 - miércoles
Por la mañana al levantarme, los síntomas de mareo se agravan, la acción de ponerme los calcetines y calzarme remata la faena, estoy mareado y el estómago raro. Anuncian por megafonía que el restaurante está abierto y se puede acceder para desayunar, dudo, pero al final gana el hambre y voy, mala decisión me sienta mal y camino del camarote vómito, suerte que la tripulación ha sido previsora y en las barandillas de los pasillos han colocado bolsas de papel, me son muy útiles y cojo un par en previsión. Llego al camarote y me tumbo en la cama, el balanceo del barco es constante lo que me obliga a levantarme varias veces para ir al lavabo.
He tomado la decisión de no comer, no tengo hambre y sé que si ingiero algo me sentara fatal, bebo agua varias veces para no deshidratarme, pero mi estómago no la admite y la vómito. A media tarde tomo la decisión de subir al salón, me siento en una butaca en el centro del barco para no notar tanto el balanceo, por las grandes ventanas de la sala se ve el océano y las olas, impresiona, estamos en el quinto piso y de vez en cuando alguna ola golpea el frente del barco y salpica con fuerza los vidrios. Poco a poco noto que voy mejorando, me tomo una camomila y ni estómago la admite, veo a Eduardo el guía y le explico mi situación, decidimos hablar con la doctora del barco para que me proporcione algún medicamento que alivie mis molestias, está bastante ocupada, ya que no soy el único pasajero con mareos, cenando se pone en contacto conmigo, me aconseja comer y sobre todo beber mucha agua, a su vez me da varias pastillas, unas para aliviar el dolor de estómago y otras para el mareo, cenado tengo una crisis, entre el primer y segundo plato lo que he ingerido está indeciso, o subir y salir o bien bajar, gana lo segundo y tengo un gran alivio. Tras la cena subo al salón y una holandesa que he conocido y conoce algo de castellano me presenta a Mick un estadunidense de Oregón. Mick habla bastante bien mi idioma y se ofrece a ayudarme en los briefings y traducirme lo más interesante, siempre digo que soy una persona con suerte, mi desconocimiento del inglés siempre tiene solución, me voy dando cuenta de las nacionalidades del pasaje, holandeses, alemanes, ingleses, estadunidenses y algún asiático y yo como único español.
Antes de acostarme me tomo la pastilla para el mareo, los síntomas han mejorado mucho pero no quiero tener riesgos.
La noche la paso mejor, los movimientos del barco esta vez son laterales, igual estoy apretado a la almohada como parece que me vaya a caer por la parte de abajo de la cama.
24-11-2022 - jueves
Me levanto sin molestias y desayuno bien, el día anterior lo pasamos navegando hacía las islas Falkland o Malvinas que es un archipiélago de América del Sur, situado en el mar Argentino, mar epicontinental del océano Atlántico Sur adyacente a dicho país, a unos 500 km de la costa.
A diferencia de otras islas más cercanas al continente no tienen población humana autóctona, originaria o indígena.
Los primeros visitantes fueron europeos que llegaron durante la conquista europea de América entre los siglos XVI y XVII.
Siempre que visito un país, islas o zonas de interés me gusta conocer su historia, estas islas tienen mucha y triste en su mayoría.
Existe una controversia en torno al descubrimiento de las islas, la cual se traslada a la disputa de soberanía. Francia, España y el Reino Unido se atribuyeron el descubrimiento de las islas para defender sus títulos de soberanía.
No hay pruebas concluyentes para determinar qué navegante europeo las divisó por primera vez.
Las islas son incluidas en mapas y portulanos desde 1502. El 7 de abril de 1502, Américo Vespucio divisó un archipiélago que podría ser las Malvinas. De ahí proviene su inclusión en el mapa de Piri Reis. El primer mapa específico de las islas fue realizado en 1520 por Andrés de San Martín, tripulante de la expedición de Magallanes.
El 4 de febrero de 1540, un barco español capitaneado por Alonso de Camargo llegó a las islas y permaneció en el archipiélago hasta el 3 de diciembre del mismo año.
El gobierno británico insistió, hasta bien entrado el siglo XX, que John Davis había descubierto las islas en 1592 y fundamentó en eso sus derechos de soberanía, sin embargo, el gobierno y los historiadores británicos modernos reconocen que John Davis no descubrió las islas, ya que, en 1592, fecha del supuesto descubrimiento de John Davis, las islas ya aparecían en numerosos mapas españoles.
La primera visita incuestionable fue realizada en 1600 por el marino neerlandés Sebald de Weert, éste recorrió el 16 de enero a bordo del barco Gelcof, el grupo de las islas Jasón, ubicadas al noroeste de la isla Gran Malvina. Es por ello por lo que los mapas neerlandeses de la época mostraban el nombre de Sebald eilanden.
En 1690, el inglés John Strong navegó entre las dos islas principales y desembarcó brevemente el 27 de enero. Strong bautizó al estrecho de San Carlos con el nombre de Falkland Channel.
En 1749 el Almirantazgo británico, a cargo de George Anson, organizó una expedición con el objetivo aparente de hacer descubrimientos en los mares de América del Sur y efectuar un relevamiento de las costas de las islas, sin embargo, el verdadero propósito de la expedición era establecer una base naval, que podría ser utilizada para atacar tanto al comercio español, como a las colonias de América. El proyecto llegó a oídos de Ricardo Wall, embajador de España en el Reino Unido, quien lo protestó de inmediato.
Ante la persistente negativa de España, el gobierno británico aceptó cancelar la expedición en 1749.
Durante este incidente diplomático no se discutió la soberanía sobre las islas, sino solo sobre si los británicos tenían derecho a navegar libremente por los mares del sur. La presentación del proyecto al gobierno español demuestra que el Reino Unido era consciente de que los tratados vigentes le impedían navegar por esas regiones, también reconocían la soberanía española de las islas y por esa razón disfrazaron su expedición con un pretexto científico. España negó la solicitud británica por razones de conveniencia y por considerar falso el argumento del interés científico.
El 15 de septiembre de 1763 una expedición francesa comandada por Louis Antoine de Bougainville zarpó del puerto francés de Saint-Maló con el objetivo de establecer una colonia en las islas. La empresa contaba con el consentimiento del monarca francés Luis XV y era parte de los planes de expansión colonial promovidos por Étienne François de Choiseul.
Los dos barcos con provisiones y familias acadianas realizaron una escala en Montevideo, donde fueron recibidos por el Gobernador de la plaza, José Joaquín de Viana, pese a que España y Francia eran aliadas y estaban unidas por el Pacto de Familia, los franceses no tenían autorización para formar colonias en América del Sur, el funcionario español intentó averiguar el motivo y destino de la expedición, pero los franceses lo ocultaron, manifestando que se dirigían a la India.
Louis Antoine de Bougainville llegó a las islas el 31 de enero de 1764 y construyo el fuerte militar de Puerto Luis. La toma de posesión se realizó el 5 de abril del mismo año. Puerto Luis tenía una población de 29 colonos, el acta de posesión fue ratificada por Luis XV el 12 de septiembre de 1764, argumentando que las islas fueron descubiertas por navegantes de Saint-Maló, de donde proviene el nombre Malouines, castellanizado a Malvinas.
La corte española reclamó inmediatamente ante Francia aduciendo que las islas eran una dependencia del continente de la América Meridional, iniciándose negociaciones en septiembre de 1764.
Francia accedió rápidamente a la protesta, sugiriendo que España negociase directamente con Bougainville, que se hallaba de nuevo en Europa, pues había partido de las islas el 25 de abril de 1765. El navegante reconoció la ilegalidad del establecimiento y aceptó una indemnización española en concepto de resarcimiento por el abandono de las instalaciones y materiales, a partir de este momento los franceses depusieron cualquier tipo de reclamo sobre la soberanía del archipiélago.
Desde 1766, año en que fue nombrado el primer gobernador español, Felipe Ruiz Puente, se sucedieron de forma ininterrumpida en las islas 32 gobernadores que residían permanentemente en Puerto Soledad y dependían directamente de las autoridades españolas residentes en Buenos Aires.
El 10 de junio de 1770 una flota española rindió a la guarnición inglesa que había tomado meses antes posesión del enclave de las Malvinas en nombre de su Majestad Británica.
España logró de forma oficial la expulsión de los británicos en el marco de los acuerdos llamados Convenciones de Nutka, firmados entre 1790 y 1794.
La gobernación española terminó como resultado de la invasión napoleónica y la independencia de las provincias americanas.
Argentina considera basándose en el Uti possidetis iuris que pasó a ser heredera de la soberanía española en las islas.
En 1820 el gobierno de la provincia de Buenos Aires envió una fragata a tomar posesión y reafirmar sus derechos en las Malvinas, como sucesión de España, nunca sobre las islas Georgias y Sandwich del sur ni sobre la Antártida, reclamos añadidos en el siglo XX en distinta fecha.
En 1823 concedió a Luis María Vernet la explotación de recursos de las islas.
El 10 de junio de 1829 se creó la Comandancia Política y Militar de las Islas Malvinas con asiento en la isla Soledad y jurisdicción indefinida en las islas adyacentes al cabo de Hornos.
El 30 de agosto de 1829 Vernet fundó Puerto Luis.
Las actividades de contralor que Vernet llevó a cabo contra barcos balleneros hicieron que la corbeta de guerra Lexington de los Estados Unidos destruyera las instalaciones de Puerto Soledad.
El 2 de enero de 1833 llegó la fragata de guerra británica HMS Clio, al mando del capitán John James Onslow, quien comunicó al jefe argentino que iba a reafirmar la soberanía británica y retomar posesión de las islas en nombre del rey del Reino Unido, el capitán de la goleta Sarandí, José María Pinedo, no se consideró en condiciones de resistir y optó por embarcar a sus hombres y retornar a Argentina.
Al día siguiente desembarcaron las fuerzas británicas, izaron su pabellón y arriaron el que había dejado Pinedo, tomando posesión de las Malvinas.
A principios del año 1982 la Junta Militar que gobernaba la Argentina ordenó la invasión de las islas Malvinas, Georgias del Sur y Sandwich del Sur.
El 2 de abril las Fuerzas Armadas argentinas desembarcaron en Puerto Argentino/Port Stanley desalojando al Gobierno británico y estableciendo un gobierno argentino apoyado por una gran fuerza militar.
Gran Bretaña no se rindió y envió una gran flota aeronaval a reconquistar las islas.
Entre mayo y junio de 1982 hubo varias batallas que dieron como resultado un total de 649 argentinos y 255 británicos muertos.
El 14 de junio las Fuerzas Armadas británicas alcanzaron las proximidades de Puerto Argentino/Port Stanley y Argentina se rindió.
Según la Organización de las Naciones Unidas, es un territorio no autónomo cuya potencia administradora es el Reino Unido y cuya soberanía es reclamada por Argentina. Es uno de los 17 territorios en la lista de territorios no autónomos bajo supervisión del Comité Especial de Descolonización de las Naciones Unidas, con el fin de examinar la situación con respecto a la aplicación de la Resolución 1514 de la Asamblea General de las Naciones Unidas, por lo que la situación del archipiélago es examinada anualmente por el Comité de Descolonización desde 1965 debido a la Resolución 2065 de la Asamblea General de las Naciones Unidas.
Jurídicamente, la Organización de las Naciones Unidas lo considera un territorio de soberanía todavía pendiente por definición, entre el Reino Unido que lo administra desde 1833 y Argentina, que reclama su devolución.
Las líneas anteriores las he sacado en su mayor parte de Wikipedia y reeditado intentando ser lo más breve y veraz posible.
Volviendo al relato de mi viaje continuo donde lo deje, ósea mi primera experiencia en estas islas.
En los briefings de ayer nos explicaron los planes para hoy, consistirán en dos desembarcos una por la mañana y el otro después de comer, lo previsto es que podamos ver varias especies de Pingüinos, Albatros, Gansos y diversas especies de pájaros.
Para los desembarcos es imprescindible ir equipado con unas botas de caña muy alta que nos proporcionaron ayer y un chaleco especial, el cual también tenemos en el camarote. Siempre antes de acceder a las zodiacs hay que marcar con nuestra tarjeta identificativa en un aparato digital adosado a la pared, de regreso tenemos que volver a hacerlo, eso servirá de control que no se queda nadie en tierra, también disponemos de unas cubetas grandes con líquido desinfectante donde sumergiremos nuestras botas, más unos cepillos donde las frotaremos, es una acción que tendremos que hacer siempre que desembarquemos y volvamos al barco.
El primer desembarco es rápido, las instrucciones que nos han dado son sencillas y fáciles, yo personalmente ya tengo alguna experiencia de otro viaje que hice con un barco similar y la misma naviera por las islas Svalbard.
El sistema de desembarco y embarque siempre es el mismo, varios guías se adelantan a los pasajeros y buscan el sitio más idóneo, normalmente es una playa, las zodiacs se acercan hasta la orilla, los guías la sujetan y desembarcamos por los laterales poniendo nuestros pies en el agua, las botas de que vamos provistos son perfectas, la mayoría de las personas van con pantalones apropiados, yo incluido y no nos mojamos.
Piso tierra por primera vez en el viaje, lo primero que veo es una casa en lo alto de un pequeño promontorio y un mástil con la bandera británica, no hay dudas de la nacionalidad de sus moradores.
En la playa nos esperan varias colonias de Pingüinos Gentoo (Papua en su traducción al castellano), no se asustan ante nuestra presencia y se dejan fotografiar sin inmutarse, mantenemos una distancia prudencial y dejamos libres los senderos que utilizan para entrar y salir del agua. Es época de cría y muchos de ellos están tumbados inmóviles incubando los huevos o bien manteniendo calientes y protegidas a las crías, alrededor revolotean y andan varias rapaces esperando un descuido para robarles los huevos o crías, las madres no se asustan y cuando se acercan mucho les gritan y se agitan amenazadoras.
Es mi primera experiencia de estar tan cerca de estos pacíficos animales, ya había visto Pingüinos en Perú, islas Galápagos o Sudáfrica, pero no de pasear entre ellos, me dedico a hacer muchas fotos, es una gozada que me produce sensaciones muy relajantes.
Pasados los primeros minutos en tierra me relajo y dejo enfriarse el disparador de mi cámara para fijarme en la tierra que me rodea, es árida, no hay árboles, lógico estamos muy al sur y las temperaturas por estas latitudes son frías. El suelo que piso es tundra y está blando, hay que ir con cuidado cuando te apartas de los senderos pues hay zonas muy húmedas y embarradas. Por la zona también hay varias especies de Gansos, Albatros, Caranchos y Págalos Australes, estos dos últimos son las rapaces que merodean alrededor de los nidos esperando un descuido.
Los guías han marcado con palos un sendero y nos comentan que podemos acceder a otra parte de la isla donde hay más fauna.
Mis piernas necesitan andar por tierra firme y no lo dudo, el sendero tiene una ligera pendiente en subida y no permite ver lo que hay delante, me desplazo al interior de la isla, por el camino voy viendo diversas especies de pájaros y me entretengo mientras ando para intentar hacer alguna buena fotografía.
Estos primeros instantes en tierra me ha permitido observar que entre nosotros hay un pequeño grupo aficionado a la ornitología, algunos hacen fotos, llevan buenas cámaras y otros apuntan las especies que van viendo.
La decisión de cambiar de zona resulta un acierto, al otro lado de la isla hay una colonia de Pingüinos Gentoo más grande y los Albatros Black-browed (Ceja Negra) planean por unos acantilados repleto de sus nidos.
La mañana pasa muy rápido he disfrutado viendo a las mamas Pingüino como alimentan a sus crías y a los adultos con su andar tan peculiar. El primer contacto con las islas ha resultado satisfactorio, regresamos al barco para comer. espacio de tiempo que el barco aprovecha para desplazarse a otra zona.
Durante la comida la gente habla animadamente se la ve contenta, hemos hecho una buena salida matutina esperemos a ver que nos depara la tarde. No hay descanso sin apenas tiempo para tomar café ya nos estamos poniendo las botas y salvavidas para embarcar en las zodiacs.
El desembarco es fácil, hay un pequeño muelle que facilita la maniobra sin tener que poner los pies en el agua.
Nos esperan dos Land Rover, imagino que los usaran los más imposibilitados ya que la caminata es de dos kilómetros.
El trayecto de inicio sube, una vez arriba nos espera un sendero en su mayor parte llano, al final de él llegamos a unos acantilados habitado por Albatros Black-browed, Cormoranes Reales y una colonia de Pingüinos Rockhopper, están mezclados y no parece que haya problemas de convivencia.
Es la primera vez que veo esta especie de Pingüinos, son pequeños y tienen un curioso penacho amarillo en las cejas.
Los acantilados hacen de barrera natural entre los animales y nosotros, hay espacios en que te puedes acercar hasta tocarlos, pero los guías establecen una línea virtual que no traspasamos, los Pingüinos Rockhopper y los Cormoranes están anidando, puedo ver varias madres con sus hijos, la cercanía me permite hacer buenas fotos, pasamos toda la tarde en la zona, mis compañeros y yo vamos desplazándonos por los acantilados intentando hacer buenas “capturas fotográficas”.
Regreso a pie y aprovecho para disparar mi cámara a todo lo que se mueve…Gansos, Págalos, Caranchos etc., ya en el barco y con un Choco-café calentito en mis manos intento entender algo del briefing diario.
Choco-café, lo explico es una de las bebidas que dispensa la máquina, no la había probado nunca, pero está muy rica, el café le da un tono fuerte al sabor y el chocolate arregla los problemas del café de máquina, otra de las cosas habituales de la tarde es los detalles de cocina, siempre hay alguna cosa dulce para picar, las van variando y la verdad son muy agradables de degustar.
La charla de hoy trae novedades, mañana tocaba visitar Port Stanley, pero las autoridades locales han prohibido el acceso debido a las condiciones meteorológicas, hay previsión de ráfagas fuertes de viento lo que hace que la navegación de entrada a puerto sea muy peligrosa.
El staff de la expedición junto con el capitán del barco ha decidido navegar hacía las islas Georgias del Sur, que era nuestro próximo destino, advierten que van a ser dos días de navegación complicada debido a los fuertes vientos, los cuales generan un fuerte oleaje.
Hoy al mediodía hemos tenido novedades, explico, el personal de servicio de mesas mientras comíamos ha pasado por las mesas con el menú de la cena, los pasajeros hemos elegido el primer y segundo plato y han tomado nota de la cantidad aproximada de primeros y segundos, no habrá buffet libre y nos servirán lo elegido en las mesas, lo que me trae a la memoria el anterior viaje que hice con esta empresa donde la cena no era buffet.
Tras la cena me tomo una pastillita para el mareo, estoy bien, pero conforme nos vamos alejando de las islas el Océano Atlántico se va cabreando.
De madrugada el oleaje me despierta, hoy la sensación es la de estirarse para rápidamente pasar a
sentir una fuerte opresión en la cabeza.
25-11-2022 - viernes
Hoy día de navegación, tenemos varios briefings, tras ellos yo aprovecho los tiempos libres para clasificar las imágenes del día anterior y degustar los Choco-café y repostería.
26-11-2022 - sábado
El Océano sigue cabreado, he dormido bastante bien, pero no en profundidad.
Hoy no hemos tenido descanso, por la mañana dos briefings para explicarnos como son las islas Georgias de Sur y las estrictas medidas de conservación que existen. Todo el pasaje hemos limpiado en profundidad el material y ropa que usaremos en las excursiones. Aspiración de las mochilas, anorak con atención especial a los velcros que no lleven partículas foráneas a las islas, el calzado también ha tenido limpieza exhaustiva, con clips y otros utensilios hemos eliminado toda la suciedad de las rendijas y recovecos de las botas, está operación la iremos repitiendo diariamente, ya que tienen que subir a bordo inspectores de medio ambiente.
27-11-2022 - domingo
Seguimos navegando hacia las islas Georgias, el Atlántico sigue en su línea. Hoy he dormido una hora menos, ya que hemos adoptado el horario de la Antártida.
Tras el desayuno seguimos con los briefings relacionados con lo que hay y veremos en las islas, ya tengo ganas de verlo y usar mi cámara que empieza a tener síntomas de “oxidación”.
Está tarde he podido desahogarme y reducir el síndrome de abstinencia fotográfica, el barco ha pasado cerca de unos islotes de nombre Shag Rocks que parecen flotar en medio del Océano y están habitados por infinidad de aves.
En unas de las conversaciones con Eduardo me comenta que mañana voy a disfrutar ya que las islas son un paraíso lleno de fauna.
Noticia de última hora, al finalizar la cena han comunicado que hay un positivo de Covid 19 en el pasaje, está aislado, nos recomiendan que tomemos precauciones, pero el salón está lleno como cada noche y nadie lleva mascarilla, excepto tres o cuatro ya habituales.
Continua en parte II